Ir al contenido principal

Nuevas iglesias para nuevos desafíos


Tenía 30 años y Andrea 26 y nuestros primeros dos hijos muy pequeños, cuando nos animamos a mudarnos a una nueva ciudad, dejando la seguridad de la hermosa iglesia que nos cobijaba y un trabajo estable, para plantar una nueva iglesia. Nos impulsaba un fuerte llamado misionero y el apoyo entusiasta de algunos hermanos que acompañaban nuestro sueño.

No hubo un plan predeterminado, ni finanzas, ni equipo. Sólo la convicción del llamado y la confianza que Dios nos apoyaba. Comenzamos a reunir a algunos amigos en nuestra casa, hasta que pudimos iniciar los primeros servicios públicos. El resto lo hizo Dios. Hoy aquella pequeña comunidad es una congregación madura, activa y relevante con pastores establecidos, con equipo y con recursos. Fueron quince años de mucho aprendizaje, pero Dios tenía nuevos planes para nosotros, y hoy nos encontramos plantando una nueva iglesia en otra ciudad.

¿Qué nos mueve a empezar de nuevo? Un corazón apasionado por Dios y por las personas, y la visión de acercar el cielo a la tierra. Estoy convencido de que plantar iglesias es la forma más eficaz para conectar a las personas con Dios. El libro de Los Hechos en el Nuevo Testamento nos demuestra que el plantar iglesias es la manera más efectiva de cumplir la gran comisión que nos dejara Jesús.

La experiencia nos confirma que las iglesias nuevas pueden traer un nuevo enfoque, propósito, energía, y entusiasmo a la congregación madre. El crecimiento de la nueva iglesia es el crecimiento del Reino. Las iglesias nuevas pueden enfocar en maneras nuevas y creativas a grupos de gente que no puede ser alcanzado de otra forma.
Las iglesias jóvenes se enfocan más en las personas, y menos en edificios, programas o departamentos. Las personas son lo más importante, y aunque es imperativo mantener este enfoque, con los años se pierde el impulso.
Mantener la visión fresca en las nuevas iglesias es un recordatorio constante para la madre de la razón por la cual existe.

Es una realidad que las iglesias nuevas pueden transformarse a sí mismas para alcanzar a las comunidades y los grupos específicos. Ellas pueden cambiar y adaptarse rápidamente si es necesario. El desafío de una cultura postmoderna y anticristiana demanda los métodos y los enfoques nuevos. Se necesitan, entonces, iglesias nuevas para hacer este trabajo.
Las iglesias nuevas son el suelo fértil para desarrollar nuevos líderes. Además, cuando el trabajo de plantar una iglesia se ha hecho bien, estas alientan la cooperación, y no la competencia, en el reino.

No hay nada que demuestre mejor la salud de una congregación como la disponibilidad y habilidad de dar a luz a nuevas congregaciones. Pero lo opuesto es verdad también.
Estas razones bíblicas y prácticas son más que suficientes por las que, las iglesias con visión misionera y apostólica, están viviendo tan apasionadamente este movimiento de plantación de iglesias y está firmemente dispuestas a cooperar en la extensión del Reino aquí y hasta lo último de la tierra.

La fundación de una iglesia es una aventura. Sea que se funde en los barrios bajos de una ciudad, en un barrio residencial floreciente, o en una población rural, llevar esperanza y la posibilidad de transformación a las personas es una de las tareas más relevantes que existen y vale cualquier esfuerzo e inversiones se le dedique.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Hacia dónde va tu iglesia

¿Qué mueve a tu iglesia? ¿Cuál es la fuerza impulsora que se encuentra detrás de ella? En las iglesias movidas por la tradición la frase favorita es: “Siempre lo hemos hecho así”. La meta es sencillamente perpetuar el pasado. Las iglesias antiguas tienden a estar unidas por reglas, regulaciones y rituales. En las iglesias movidas por la personalidad la pregunta más importante es “¿Qué desea el líder?” Si el pastor ha servido a la iglesia por largo tiempo, lo más probable es que sea quien tenga la personalidad impulsora. Entonces su agenda serán las antecedentes, necesidades e inseguridades de su líder. En las iglesias movidas por los programas, toda la energía se concentra en mantener y sostener sus programas, dejando de desarrollar personas para simplemente llenar posiciones. Nunca nadie se pregunta si el programa sigue dando resultado. En las iglesias movidas por los acontecimientos, parece que la meta es mantener ocupada a la gente. Tan pronto se termina un gran evento, se

Iglesias que aman la ciudad

Hoy las ciudades son más importantes que nunca. Su relevancia no yace solo en el crecimiento de tamaño, sino también en el crecimiento del nivel de influencia. La Biblia indica que Dios diseñó la ciudad con un propósito. El futuro de Dios del mundo y universo redimido es descrito en una ciudad. El mandato cultural dado en la creación fue un mandato para construir la ciudad. La ciudad es un beneficio, sirviendo a la humanidad como un refugio de la condición en la cual ha caído la raza humana. El desafío, entonces es establecer iglesias que se comprometan con las realidades de las ciudades. El evangelio debe encarnarse y comunicarse de tal manera que los vecinos de la ciudad puedan entenderlo. Tim Keller menciona que una iglesia comprometida con la ciudad debe tener respeto por la sensibilidad urbana. La ciudad está llena de gente amante de la diversidad, ansiosa, con gran tolerancia al desorden. Valora la intensidad y el acceso más que la comodidad y el control. Aprecian presentac

Principios de las iglesias que crecen

¿Cuál es el secreto para el crecimiento continuo de la iglesia? ¿De qué depende? El crecimiento de iglesia es complejo, y no hay manera de reducir esa complejidad a una simple fórmula. Pero las iglesias más crecientes y saludables en el mundo manifiestan diez características específicas que vale la pena considerar. Primero, poseen un liderazgo visionario. Los líderes visionarios tienen objetivos claros y por ende se proponen metas alcanzables. Concentran todas las actividades de la iglesia hacia la visión, generan entusiasmo y son agentes de cambio que conocen las necesidades de la comunidad y de la iglesia. Segundo, d esarrollan ministerios de acuerdo con los dones disponibles y evangelizan de acuerdo con las necesidades. El Espíritu Santo reparte entre los miembros de iglesia una variedad de dones. El líder debe dedicarse a ayudar a los miembros de la iglesia a descubrir y reconocer los dones que Dios les ha dado y a encontrar un servicio de acuerdo con esos dones. Tercer